Para ayudar a identificar y predecir el tamaño de un tsunami, los científicos observan el tamaño y tipo de terremoto submarino que lo precede. Esta es a menudo la primera información que reciben, porque las ondas sísmicas viajan más rápido que los tsunamis.
Sin embargo, esta información no siempre es útil, ya que un tsunami puede llegar en cuestión de minutos después del terremoto que lo desencadenó. Y no todos los terremotos crean tsunamis, así que las falsas alarmas pueden ocurrir y de hecho ocurren.
Ahí es donde las boyas especiales para tsunamis en alta mar y los mareógrafos costeros pueden ayudar, enviando información en tiempo real a los centros de alerta de tsunamis en Alaska y Hawaii. En las zonas donde es probable que se produzcan tsunamis, se está capacitando a administradores comunitarios, educadores y ciudadanos para que proporcionen información a los testigos presenciales que se espera que ayude a predecir y detectar tsunamis.
En los Estados Unidos, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) es responsable de informar sobre los tsunamis y está a cargo del Centro de Investigación sobre los Tsunamis.
Detección de un tsunami
Tras el tsunami de Sumatra en 2004, la NOAA intensificó sus esfuerzos para detectar y notificar tsunamis:
- Elaboración de modelos de tsunamis para las comunidades en riesgo
- Dotación de personal de los centros de alerta de la NOAA las 24 horas del día
- Expansión del área de cobertura de advertencia
- 2. Despliegue de estaciones de boyas de evaluación de las profundidades oceánicas e informe de tsunamis (DART)
- Instalación de mareómetros
- Ofrecer educación comunitaria expandida a través del programa TsunamiReady
El sistema DART utiliza registradores de presión del fondo marino (BPR) para registrar la temperatura y la presión del agua del océano a intervalos regulares. Esta información es transmitida a través de boyas de superficie y GPS a la Superficie Meteorológica Nacional, donde es analizada por expertos. Los valores inesperados de temperatura y presión pueden utilizarse para detectar eventos sísmicos que pueden provocar tsunamis. Los mareómetros, también conocidos como mareómetros, miden el nivel del mar a lo largo del tiempo y ayudan a confirmar los efectos de la actividad sísmica.
Para que los tsunamis se detecten de manera rápida y fiable, los BPR deben colocarse en lugares estratégicos. Es importante que los dispositivos estén lo suficientemente cerca de los posibles epicentros de terremotos para detectar la actividad sísmica, pero no tan cerca como para que esa actividad interrumpa su funcionamiento.
Aunque ha sido adoptado en otras partes del mundo, el sistema DART ha sido criticado por su alta tasa de fracaso. Las boyas se degradan con frecuencia y dejan de funcionar en el duro entorno marino. El envío de un barco para su mantenimiento es muy caro, y las boyas que no funcionan no siempre se sustituyen rápidamente.
La detección es sólo la mitad de la batalla
Una vez que se detecta un tsunami, esa información debe comunicarse de manera eficaz y rápida a las comunidades vulnerables. En caso de que se desencadene un tsunami a lo largo de la costa, hay muy poco tiempo para que un mensaje de emergencia sea retransmitido al público. Las personas que viven en comunidades costeras propensas a los terremotos deben considerar cualquier terremoto de gran magnitud como una advertencia para que actúen de inmediato y se dirijan a terrenos más elevados. Para los terremotos desencadenados más lejos, la NOAA tiene un sistema de alerta de tsunamis que alertará al público a través de los medios de comunicación, emisiones de radio y televisión y radios meteorológicas. Algunas comunidades también tienen sistemas de sirenas al aire libre que pueden ser activados.
Las directrices de la NOAA informan al público sobre cómo responder a una alerta de tsunami. Para ver dónde se han reportado tsunamis, consulte el mapa interactivo de eventos históricos de tsunamis de la NOAA.