La Formación 4-2-3-1 en Fútbol

La formación 4-2-3-1 llegó a ser prominente en España en la década de 1990 y principios de la década de 2000, y ahora es utilizada por muchos equipos de todo el mundo.

Los dos jugadores que se encuentran delante de la defensa, conocidos en España como el «doble pivote» (doble pivote), dan apoyo a la defensa, con un jugador rompiendo los ataques de la oposición, y el otro poniendo más énfasis en la distribución del balón a los jugadores atacantes.

La formación debe asegurar que los equipos no sean superados en número en el mediocampo, y con tantos jugadores avanzados, hay una gran flexibilidad.

Golpeador en la Formación 4-2-3-3-1

En esta formación, el delantero no debe carecer de apoyo, ya que tiene tres jugadores cuya tarea es suministrarle munición. Si los jugadores que están detrás del delantero principal son de calidad, la formación puede ser un sueño para un delantero, ya que debería recibir muchos balones en el área penal.

La formación 4-2-3-1 puede acomodar a un gran objetivo que puede sostener el balón y dejarlo fuera para los centrocampistas que se acercan, o a un delantero más ágil capaz de correr hacia los balones y las ocasiones de gol.

Es importante que el delantero sea físicamente fuerte porque, a pesar del apoyo del mediocampo, tendrá que mantener a raya a los defensas cuando quiera crear ocasiones para sí mismo o para sus compañeros de equipo.

Ataque a los centrocampistas en la formación 4-2-3-1

Los tres centrocampistas atacantes pueden ser difíciles de recuperar para las defensas rivales, especialmente si se intercambian y corren desde posiciones más profundas.

Por lo general, hay una fuerza creativa central, que juega detrás del delantero. Cuando el Deportivo de La Coruña y el Valencia conquistaron los títulos de la Liga española en la primera mitad de la década de 2000 con Javier Irureta y Rafael Benítez, respectivamente, Juan Valerón (Deportivo) y Pablo Aimar (Valencia) se situaron detrás del delantero, y sus sutiles habilidades causaron estragos en las defensas rivales.

A cada lado del creador de juego, hay dos jugadores más amplios cuya tarea consiste en crear ocasiones desde los flancos, además de hacer un hueco.

Estos tres jugadores también tienen la responsabilidad de ayudar a la defensiva, en particular los que desempeñan funciones de gran envergadura. Cuando están en el pie de atrás, estos jugadores deberían estar ayudando a sus laterales, y la formación se parecerá más a un 4-4-2 o 4-4-1-1.

Centrocampistas Defensivos en la Formación 4-2-3-3-1

Es imperativo que los dos jugadores tengan sentido de la posición para proteger adecuadamente a los cuatro de atrás. Uno de estos dos es generalmente más bien un tackleador, mientras que el otro se concentra en la distribución. En ese equipo de Valencia, ganador del título, David Albelda y Rubén Baraja formaron una excelente alianza. Albelda hizo gran parte de los placajes, mientras que Barajas fue más ofensivo. Los dos se complementaron a la perfección.

Xabi Alonso es el ejemplo perfecto de un jugador cuyo trabajo es defender, pero también abrir al rival con su culta gama de pases.

Tener dos jugadores delante de los cuatro de atrás proporciona una plataforma en la que los jugadores más ofensivos del equipo pueden crear ocasiones.

Full-backs en la formación 4-2-3-1

El trabajo de los laterales es defenderse de los atacantes de la oposición, especialmente de los extremos. Es importante que se detenga la línea de suministro para el delantero, por lo que debe ser fuerte en el tackle.

El ritmo es clave si se enfrentan a un extremo veloz, mientras que también se espera que ayuden a defenderse de las jugadas a balón parado de los rivales, por lo que también se necesita una buena capacidad de cabeceo.

Los laterales de un equipo también pueden ser un arma de ataque importante. Un lateral con velocidad, potencia y buena capacidad de cruce es una gran ventaja por la banda, ya que puede estirar a los amplios jugadores del otro equipo y proporcionar munición a los delanteros.

Defensores Centrales en la Formación 4-2-3-3-1

El trabajo de los defensas centrales es consistente con otras formaciones como 4-4-2 y 4-5-1. Están ahí para repeler los ataques de la oposición tackleando, cabeceando y marcando a los jugadores (empleando tácticas de marcación por zonas o por hombres).

A menudo se puede ver a los centrales en apuros con la esperanza de cabecear un centro o un córner, pero su función principal es detener a los delanteros y centrocampistas de la oposición.

La fuerza y la concentración son dos atributos importantes cuando se juega en esta posición.

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