La muerte de Marc-Vivien Foe en 2003 es una de las mayores tragedias vistas en un campo de fútbol.
El mediocampista camerunés jugaba para su país en el Estadio de Gerland francés contra Colombia en las semifinales de la Copa FIFA Confederaciones, cuando se desplomó en el círculo central a los 72 minutos.
El joven de 28 años fue retirado en camilla después de intentar resucitarlo y continuó recibiendo reanimación boca a boca y oxígeno fuera del campo.
Los médicos pasaron 45 minutos intentando salvarle la vida y aunque seguía vivo después de ser llevado al centro médico de Gerland, murió poco después.
En realidad, el enemigo pertenecía al Lyon, el club que juega en el Gerland, pero que había pasado la temporada anterior cedido en Inglaterra al Manchester City, donde disputó 35 partidos de liga.
¿Qué causó la muerte de Marc-Vivien Foe?
Una primera autopsia no determinó una causa exacta de muerte, pero una segunda autopsia concluyó que Foe murió por causas naturales. Su muerte fue causada por un problema cardíaco.
«Sufría de hipertrofia cardiomiopática[anormalmente agrandada] en el ventrículo izquierdo, algo que es casi imposible de rastrear sin llevar a cabo un examen exhaustivo», dijo el fiscal Xavier Richaud.
Richaud también sugirió que la intensa actividad estimuló el problema.
«Hubo una degeneración que desencadenó una gran reacción en el corazón», añadió.
Foe era considerado como una especie de gigante gentil, con Harry Redknapp, quien lo trajo al West Ham en 1999, citado en The Guardian: «No creo que se haya hecho un enemigo en su vida».
Conocido por su generosidad fuera del campo, Foe fundó una academia de fútbol para niños y niñas en Yaoundé.
«Walter Gagg, director técnico de la FIFA, dijo al Daily Telegraph: «Lo dio todo de buena gana, a la familia, a los amigos y a todos los que se lo pidieron». Es tan irónico que, en el momento crucial, su corazón no era lo suficientemente fuerte para salvarlo, porque Marc-Vivien Foe tenía un gran corazón. Era un hombre maravilloso».
La viuda de Foe sugirió que los médicos deberían haber detenido al mediocampista porque había estado sufriendo de disentería.
También le sobrevivieron sus tres hijos.